Cantan las sirenas del mar de Galicia y Portugal. Bajan como estrellas los misiles sobre Afganistán. Por la torre cinco, la cana no para, te podés sentar a pensar y si por tu barrio la cosa anda muy bien hoy tenés para comer. Buen día mi vida, mientras pienso cómo llegué acá. Una noche me abrazaste, te besé, no dormimos, ni sufrimos más. Habrá sido nuestro premio por no salir corriendo o el castigo por no saber escapar. Te sigo buscando como enfermo al remedio, como comienzo al final. La suerte de encontrarte alguna vez y sentir que para casi toda hay solución. Verte y festejar también que aún me queda pureza sin tristezas en mi corazón. Suena Don Osvaldo, lo llevo tatuado atrás del corazón, me cuida la espalda del que quiera gobernarme la razón. En la buena fortuna más atento que nunca, en la mala de que estás hecho aprenderás. Si la foto es en la buena salir todos buscan, en la mala, como mucho vos y dos más. La suerte de encontrarte alguna vez y sentir que para casi todo hay solución. Verte y festejar también, que aún me queda pureza sin tristezas en mi corazón. El trabajo para el pobre en esta parte del mundo. La suerte de nacer y si no robás ni vendés, hasta la muerte correr. Cantan las sirenas por la torre cinco bajan como estrellas.