jueves, 30 de junio de 2011

Arco Iris - Mario Benedetti.

A veces por supuesto, usted sonríe y no importa lo linda o lo fea, lo vieja o lo joven, lo mucho o lo poco que usted realmente sea. Sonríe cual si fuese una revelación y su sonrisa anula todas las anteriores, caducan al instante, sus rostros como máscaras, sus ojos duros frágiles como espejos en óvalo, su boca de morder, su mentón de capricho, sus pómulos fragantes, sus párpados, su miedo. Sonríe, y usted nace asume el mundo. Mira sin mirar, indefensa, desnuda, transparente. Y a lo mejor si la sonrisa viene de muy, de muy adentro usted puede llorar, sencillamente sin, desgarrarse, sin desesperarse, sin convocar la muerte, ni sentirse vacía. Llorar, sólo llorar.
Entonces su sonrisa, si todavía existese vuelve un arco iris.