Vos sos mi luz y mi compañía.
Nos empezamos de golpe, nos saboreamos de prepo. Como salidos de un cuento de amor, vos venías de un viaje de mochilas cansadas, yo pateaba veranos sin sol. Y en el escolazo de los besos, cantamos bingo, y así andamos. Sin nada de mapas, ni de candados. Nunca dejo que un ángel haga un nido en mi almohada, pero me acuerdo tarde, mi amor. Hoy me siento a la sombra de tus piernas dormidas y le converso a mi insomnio de vos. Y como los fantasmas del recuerdo, salen a la noche a patotearte, vos andás descalza y en puntas de pie. Es tan fácil perderse en las calles del miedo, no me sueltes la mano, mi amor. Mi casa es un desastre sin tu risa no me dejaste ni las migas, a cara de perro estoy, extrañándote. Arriba morocha, que nadie está muerto. Vamos a punguearle a esta vida amarreta, un ramo de sueños. Avanti morocha, no nos llueve tanto. No tires la toalla, que hasta los más mancos la siguen remando.
¡Arriba
morocha!