miércoles, 24 de octubre de 2012
Lunes, cuesta. El martes, imposible sin tu voz.
No, no la estoy pasando bien. Llega la hora de dormir y se derrumba la muralla con la que me oculto para que la gente me vea bien, y siento que no puedo seguir. No quiero estar todas las noches así, no quiero ese nudo en la garganta todo el día, no quiero desarmarme con el primer abrazo que me den, no quiero esquivar constantemente el tema, no quiero "olvidarme" de lo que me está pasando, no quiero actuar algo que no soy, no quiero seguir así. No encuentro otra persona con la que pueda llorar, no quiero otra persona tampoco. Nunca me mostré así con alguien y es lo que hoy necesito: un abrazo fuerte, y que luego me hagas reír. No sé si es lo mejor que pude haber hecho, pero fue necesario, sino hubiésemos terminado mal, explotando. Pero cuesta, cuesta muchísimo seguir sin vos, que pasen los días y no saber cómo estás, qué hacés, sin verte, sin nada. Odio ser el motivo de que estés mal, odio hacerte sentir mal, odio que todo esto sea por mi culpa. Odio todo esto. Perdón. Siempre vas a ser el primero en mi vida, el primero en todo y eso va a seguir siendo así por muchísimo más. Gracias por todo lo que me diste, y por todos los momentos lindos que me sostienen hoy. Espero que todo pueda mejorar para los dos, más allá de que si la vida nos vuelve a juntar, o nos separe por completo. Te amo, y felices 6 años del primer beso, gracias por cambiar mi vida.