jueves, 12 de abril de 2012

Voy.


Nada puede salir mal. Me quiero quedar mirando el mar, ese mar que no te pide nada más que una simple mirada, que te muestra que está ahí siempre cerca y con eso me alcanza. No existe el miedo, no tiene por dónde entrar.  
Y yo voy, voy, voy, a ningún lado voy.