miércoles, 28 de marzo de 2012

Nunca aprendí a bajarme sin que me dieras el voto de confianza.

Nuevas mañanas. Nuevas materias. Nuevos compañeros. Nueva rutina. Nuevas personas. Nuevas formas de que te hagan reir. Nuevos puntos de vista. Nuevas escaleras, por lo cual necesito un nuevo estado físico. Nueva forma de aburrirse en clase. Nuevos horarios. Nuevos viajes de ida y vuelta. Nuevo entusiasmo. Mismos miedos. Nuevas profesoras, cada una con su forma de ser.
Nuevos rumbos, sí.