Tu sonrisa se hizo el pan con dulce de mis mañanas, todavía
no sé nombrar este amor que me desarma. Cuando te veo así, panzón y
filibustero, lo único que me importa, ahora sí, es llegar a viejo. Te trajimos
a un lugar absurdo, difícil y hermoso, lleno de gente que salta a cabecear con
los codos. “Hay que andar con pie de plomo” dicen las bisabuelas, yo diría que
vayas lento y parejo, pero que gastes tus suelas. Vas a ver qué rico el mar,
los besos, los amigos. Van a dolerte a veces las muelas, mujeres y olvidos.
Mirá bien a los dos lados antes de cruzar la vida y no te mastiques el viejo
cuento de la otra mejilla. Yo que vos no me pierdo ni el fútbol, ni Beatles, ni
el tango. De la gente con choferes, yo pasaría de largo. Si vas a decir
mentiras no pierdas la elegancia, sé compañero en el vino y siempre caballero
en las resacas. Y nunca le pongas a nadie, la rodilla en la nuca. No te tomés
en broma jamás a los hijos de puta. Vas a tener que hacer mucho con lo que
haremos de vos. Bienvenido a este lío, hermano de mi alma, enano de mi
corazón.
T e A m o J o a q u í n .