Tú me enseñaste que tan simples son las cosas. Tú me enseñaste a dar amor y nada más, y que no importa si recibes algo a cambio. Y descubrir que en esta vida hay algo más, y donde quiera que yo esté, tú vas a estar. Y como un ángel cuidarás de mí, cuando me pierda y deje de reír. Y como el viento que me cuenta que el invierno está por venir. Y este mundo que gira de nuevo aunque me sienta al revés. Como un ave que no para el vuelo sé que no voy a caer. Tú me enseñaste cómo respirar de nuevo. Tú me enseñaste a pensar antes de actuar. Sólo se trata de ver hasta lo invisible y descubrir que en esta vida hay algo más y donde quiera que yo esté, tú vas a estar.
¡Feliz cumpleaños, mamá!
Sos la mujer de mi vida, te amo con mi alma. Gracias por darme la vida, por todas las cosas que haces para vernos bien. Sos lo mejor, y la mejor que puede existir en el mundo. Te amo.
Sólo confío en su voz, sólo le creo a esa única voz. Porque te ganaste el cielo y nos cubriste a los dos