martes, 12 de abril de 2011

Un día más.

Hoy madrugué funcionan mis pies, mal que mal la cabeza sigue al mando. Me miro al espejo, he visto peores. Me lavo los dientes que todavía muerden. Así que desayuno pan con manteca, con poco y nada es más rico el planeta. Al cuarto mate me aburro del diario, lo de siempre: el mundo es un crimen por encargo, entonces paso derecho a deportes: “Riquelme desgarrado, no juega esta noche.”  Un día más que puede ser un fiasco. Que puede ser grandioso. Un día más en el cubilete cabe de todo. Decido que no me muevo de casa, voy a ver si de una vez por todas ordeno esos discos, arreglo la bici, corrijo canciones, llamo a mi abuela. O tal vez podría dormir una siesta, campeona del mundo, junto a la chimenea. Y después tipo nueve, abrir esas botellas, amigos y asado, bajo las estrellas. Hablar de fútbol y del peronismo. De chicas imborrables que nunca más vimos. Un día más que puede ser un fiasco. Que puede ser grandioso. Un día más en el cubilete cabe de todo. En cuanto a vos no pienso pensar mas de quince minutos en lo que dijimos. Hago de cuenta que estamos de viaje, con brújulas rotas y tanto equipaje. Un día más.
Me hizo pensar.