viernes, 25 de febrero de 2011

El enano.


No se quema con basura, siempre algo hay en su galera. Vive loco en su cordura, y siente más que cualquiera. Su droga es vivir a pleno, se pica con humildad, fuma consejos ajenos, y aspira sinceridad. La vida lo educó a los bastonazos y a veces la muerte también. Tuvo como profesor a un diablo bien pirata que le enseñó que en la vida no siempre es ganar, él lo aprendió, lo masticó y por fin, supo llorar. Y un bobo muerde el anzuelo, ese que le hace olvidar, como un dolor con consuelo, y cree que muerde caviar. Pero este enano demente, sabe que la papa está en no preguntar por el morfi, sino en comer y disfrutar. La vida  lo educó a los bastonazos y a veces la muerte también. Tuvo como profesor a su ángel de la guarda que le enseñó que un fracaso no siempre es perder. Él lo aprendió, lo masticó y por fin supo reír. Y hoy el diablo y aquel ángel ven al pequeño saltamontes romper paredes con el bocho una vez más. Van a brindar, por lo que fue su mayor creación de integridad.